miércoles, 13 de febrero de 2008

EL HOMBRE QUE PLANTABA ARBOLES

SÍNTESIS (EL HOMBRE QUE PLANTABA ÁRBOLES).

Es un relato que data del siglo 19, el historiador se refiere a que el hizo un viaje hace cuarenta años por unas montañas desoladas desconocidas por los turistas estas situadas en los alpes franceses, todo era estéril y sin color, cuenta que lo único que crecía ahí era la lavanda silvestre.

Cuando el se encontraba en el punto mas alto de la montaña, tras caminar varios días se encontró con un panorama desolador, entonces acampo pero el viento seco y fuerte hizo que levantara su campamento, para ese entonces el agua se le había acabado un día anterior, esto hizo que la buscara por lo menos un poco de ella. El busco en aquel grupo de casas viejas que encontró que parecía que el viento se había llevado los tejados de la casa, buscaba una pequeña fuente, la encontró pero esta estaba seca.

Tras caminar durante 5 horas más todavía no la había encontrado, ni tenia la esperanza de hallarla. A lo lejos vio una silueta negra y se dirigió hacia el, era el hombre sembrador de árboles, para ese entonces contaba con unas treinta ovejas y un perro.

Le dio un sorbo de agua de su cantimplora, y un poco después lo llevo a su cabaña, pero al llegar vio el lugar donde vivía, no era una cabaña era una casa de piedra bien hecha que constataba el buen trabajo hecho, se percato que el agua lo sacaba de un excelente pozo, también se dio cuenta que el hombre hablaba poco, no se sorprendió era común en un hombre que vivía solo.

Dentro de la casa todo estaba ordenado, lógico en un hombre como el, le invito a comer de su sopa que el estaba calentado, el narrado cuenta que le invito a convidar de su petaca pero le dijo que no fumaba. Paso la noche en la casa, por que el pueblo mas cercano se encontraba a un día y medio de ahí, el sabia que había unos cinco pueblos pero esparcidos en donde solo vivía gente pobre como los carboneros, típico de esa región. Paso un rato entonces el hombre fue por un saquito de semillas, las esparció en la mesa y las fue seleccionando una a una, las buenas de las malas, el se ofreció a ayudarlo pero el dijo que era su trabajo, el no insistió. Las selecciono en pequeños montoncitos de 10 en 10, separando las chicas de las grandes, las agrietadas de las buenas hasta llegar a las 100, al llegar a esta cantidad se paro y se fue a dormir.

Cuenta que al día siguiente le pidió de favor, que si se podía quedar un día mas, no le incomodo al hombre, pero este no se quedo con el afán de descansar, si no para ver lo que el hacia con las semillas. Al día siguiente saco su rebaño, mojo las semillas en agua y se llevo consigo un pedazo de varilla de grueso del tamaño del pulgar. El narrador lo siguió en un camino paralelo a el, el hombre dejo su rebaño en un valle junto con su perro que lo dejo cuidando y el continuo su marcha y se dirigía en dirección al narrador, lo vio y lo invito a acompañarlo hacia donde iba el. Subieron a una montaña a uno 100 metros, ahí empezó a sembrar las semilla seleccionadas un día antes.



Este hombre sembraba 100 bellotas al día, esto lo estaba haciendo durante 3 años, calculando había plantado unos cien mil, de aquellos solo veinte mil brotarían, esperando perder la mitad por los roedores que allí habitan. Esperando que solo crecieran unos diez mil robles ahí donde nunca había crecido nada.

El hombre aquel se llamaba Eleazar Boffier, tenia unos 50 años, el decía que la tierra estaba muriendo por falta de árboles, y por no tener ninguna obligación el se dedicaba a esto con la ilusión de ver que algún creciera un bosque. El narrador le dijo que 30 años sus robles serian magníficos, y Eleazar le respondió que si Dios le daba vida en ese tiempo esos diez mil árboles serian solo una cota de agua en un por que según iría sembrando mas árboles. Eleazar estaba estudiando mas tipos de semillas para plantarlos, tenia pensado plantar abedules en los valles donde había algo de humedad.

Al día siguiente se separaron , al año siguiente empezó la guerra en donde Jean participo durante cinco años, al terminar la Primera Guerra Mundial, Jean regreso a esas tierras donde vivía Eleazar, pensando que este ya había muerto, pero sorpresa que se llevo a lo lejos de donde se encontraba en esa tierra seca, vio una niebla gris al llegar a ella se deslumbro las plantas ya había crecido, le llegaban a los hombros, pero la sorpresa mas grata que se llevo Eleazar Bouffier aun vivía, aquellos árboles de 1910 ya tenia 10 años de edad. Era impresionante lo que Jean había visto, pensar que un solo hombre con sus manos había hecho todo eso sin argumentos técnicos, sus bosques median 11 kilómetros de largo y 3 de ancho.

Cuando regresaron al pueblo vio a los riachuelos que algún día estaban si agua, por ellos ya corría el agua fresca, en los bosques ya podían encontrar cazadores buscando liebres y jabalíes, notaron el crecimiento de los árboles pero se lo atribuían a la naturaleza, nunca pensaron que el bosque lo había sembrado un solo hombre con esmero y trabajo el cual era Eleazar Bouffier.
En 1933 recibió la visita de un guardabosque para darle una orden de no hacer fogatas en los bosques, por miedo a perder el bosque que tan naturalmente estaba creciendo. El guardabosque le dijo que era la primera vez que veía que un bosque crecía solo, sin imaginarse que este lo había hecho con sus propias manos. Eleazar contaba con 75 años, y pensaba plantar hayas a 12 kilómetros de su casa.

En 1935 una delegación del gobierno se desplazo hacia el lugar para examinar el bosque natural, se estableció un dialogo para proteger el bosque pero no se hizo nada, solamente se hizo una cosa buena poner el bosque bajo la dirección estatal.

Un amigo de Jean estaba entre la delegación, el lo fue ver y le explico el misterio de cómo había crecido el bosque, a la semana fueron a ver a Eleazar y compartieron la admiración del bosque ellos tres juntos, gracias a este hombre el bosque fue cuidado por tres guardabosques y por consecuencia la felicidad de Bouffier. Hubo un peligro serio para el bosque durante la segunda guerra mundial, los árboles eran cortados para transformarlos en carbón por que los autos funcionaban con gasógeno, pero este proyecto no dio frutos por que la fábrica a donde llevaban los árboles cortados estaba lejos, y la carretera dificultosa para llegar a la fábrica.



Jean vio a Eleazar por ultima vez en 1945, contaba con una edad de 87 años, este volvió a recorrer esos caminos pero ahora en autobús, no reconoció los caminos se lo atribuía al autobús que iba rápido, pero se percato que si era el camino viejo y árido que el conocía cuando vio el nombre del pueblo, Vergons. Todo estaba cambiado incluso el aire seco que soplaba en esos terrenos, corría un aire suave y perfumado, todo era diferente.

Las cinco casas que habían, estaban restauradas ahora en el lugar habían una veinticinco personas, eran jóvenes parejas, las casas estaban rodeadas de vegetación, en 8 años que pasaron ya había unas 10 mil personas que vivían rodeados de una vegetación muy grande, sin imaginar que la felicidad que ellos tenían al vivir en esas áreas se la tenían que atribuir a Eleazar Bouffier, aquel anciano, pero lleno de vida con una meta firme que tenia al poder crear ese bosque en el que nunca dudo en crear.

Como enseñanza que deja esta historia, es que uno puede hacer lo que se propone con su propia voluntad y esfuerzo, sin dudar de que el proyecto pensado se puede llevar a cabo. Aun así hasta podemos contribuir a mejorar la calidad de vida de nuestra tierra, claro si toda la humanidad se pusiera de acuerdo y reflexionara.

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